Tengo un amigo que me ha dicho que tiene frío y que no es normal.
Dice que ya estamos en invierno aunque oficialmente no sea así. Ese otoño de pasear por el parque pisando hojas recién caídas se ha ido al banquillo y en su lugar han salido las primeras nevadas por encima de unos inalcanzables cien metros.
A mi amigo le invité a un café caliente y acto seguido dejé de escuchar sus penas y lamentos. Me puse a pensar en el Calentamiento Global. Desde hace ya algún tiempo, hablar del calentamiento global era como hablar del tiempo. Qiero decir con esto que nadie hablaba desde su propio conocimiento sino por oidas y rumores y pocos tenían un interés sincero en el asunto, aparte que también ha sido y será un buen tema de conversación para el ascensor. Todo hay que decirlo.
No quiero pensar, y por eso lo escribo, que el Calentamiento Global realmente no fuera tal calentamiento. "Así (alguien pudo pensar) no convencemos a la gente". "Habrá que cambiar el nombre a este asunto", dijo otro. "Esto empieza a ser un poco Gore", dijo el ingenioso...
Finalmente nos encontramos sin saber por qué hablando del Cambio Climático. Ni calentamiento ni global, sino cambio y, pasen y vean, climático. Es decir, intento decir lo mismo que antes pero abrimos el concepto y no hay lugar para el error. Esto es un capotazo que ni adrien brody vestdo de Manolete. Pero no todos los toros siguen al capote.
No voy a citar a nadie porque ni es mi estilo ni tengo tiempo, pero entiendo que los ciclos de fenómenos climáticos en este nuesto planeta son suficientemente largos como para que nuestra ventana de observación con fiabilidad en los datos registrados sea suficientemente pequeña. Es decir, ¿tanto está cambiando el clima global que por presumir de unos años de observación podemos extrapolar y entender la envolvente de acontecimientos en la que no somos más que la micronésima parte? Creo que no.
Por lo tanto, la pregunta de hoy es: ¿hemos pasado de hablar de Calentamiento Global a Cambio Climático simplemente para que la gente se lo siga creyendo?
Cuando terminé de pensar esto, mi amigo se había terminado el café, había pagado y, lo que es más, ya se había ido.